El siguiente artículo fué escrito por German Doin, director de la película La Educación Prohibida, en su blog personal. Es un aporte excepcional en losactuales momentos en que la crisis económica justifica muchas barbaridades en el sistema educativo, consideramos imprescindible para quienes creemos en la educación como alternativa humanizadora
Como director y realizador integral de la película, me interesa clarificar mi visión al respecto. La naturaleza de este artículo no se limita solamente a responder estas críticas, sino también continuar complejizando el discurso de la película, discurso que es un abordaje simplificado pensado para el lenguaje audiovisual. Actualmente en los debates y charlas de los que participamos se tratan muchos temas que la película dejó pendiente, de esas conversaciones surjen reflexiones muy enriquecedoras. Por mi parte, me gustaría continuar reuniéndome con personas que tengan miradas diferentes y soy el primer interesado en poner en jaque los planteos de la película. En donde se quiera conversar abiertamente, allí estaremos siempre que nos sea posible.
Yo considero que en el guión de la película se evidencia claramente una postura, pero eso no quita que hayan diferentes lecturas posteriores. Están quienes la recibieron como una defensa a la educación privada, neoliberal y sin intervención del Estado; y están aquellos que vieron en ella una visión anárquica de la educación. A algunos les pareció un ataque directo a la escuela pública, y a otros les resultó demasiado central la presencia de la escuela, criticando que se ha invisibilizado la discusión de la desescolarización.
-No es una burla a la docencia. Si bien la película pone en evidencia algunas costumbres anacrónicas y dañinas que siguen ocurriendo en muchas escuelas, también invita a reflexionar sobre las prácticas docentes desde un punto de vista humano y sensible, para así ayudar a transformarlas. La película reconoce y rescata el valor original de los educadores como acompañantes de los procesos de desarrollo y aprendizaje de un otro, educadores que hoy podemos encontrar tanto dentro como fuera de la escuela convencional, quienes a su vez, han sido aquellos maestros que hoy recordamos y nos ayudaron a llegar hasta aquí.
-No es una propaganda o publicidad de escuelas privadas. Por un lado la financiación ha sido colectiva y no proviene de instituciones educativas privadas, los realizadores no tenemos vínculos con ninguna de estas experiencias que relata la película, de las cuales una gran parte son de gestión pública, estatal, cooperativa o comunal. De las escuelas privadas, solo algunas pocas tienen fines de lucro (en general son asociaciones civiles de padres, maestros o dependen de fundaciones). En la película no es posible discriminar las escuelas públicas de las privadas, justamente para evitar prejuicios, y muchos han asumido que todas son experiencias privadas. Vale destacar que en un comienzo de la investigación la propiedad o tipo de gestión no era un criterio importante para nosotros, hoy es vital para nosotros ya que el tipo de gestión afecta directamente las relaciones de poder en las experiencias. Para más información, aquí el listado de experiencias visitadas.
-No es un ataque a la escuela pública. La película si hace una crítica a la escuela hegemónica occidental, aquella que mantiene las estructuras jerárquicas e industriales que se critican en la película, sean públicas o privadas. La Educación Prohibida es una película pensada para toda Iberoamérica, por lo que el imaginario de “escuela” es lo que se quizo retratar. No en todos los países las escuelas públicas son iguales. En todo caso, “La Educación Prohibida” plantea una búsqueda de una educación pública y gratuita, pero a su vez libre de las directivas del Mercado o del Estado, una educación hecha por y para la comunidad.
-No es un intento anarquista de destruir las instituciones. Aunque si es un intento de democratizarlas por medio de la liberación y empoderamiento de sus actores. Explícitamente la película entiende que son los sujetos, incluyendo niños, maestros, familias y miembros de la comunidad, los que deben re-apropiarse de su educación, autodeterminando los fines y medios pedagógicos. Desde este punto de vista la película intenta apoyar tanto las escuelas públicas de gestión comunal, los bachilleratos populares, como las escuelas cooperativas, pasando por todas aquellas experiencias empoderadoras como algunos ejemplos de educación sin escuela o educación en casa.
-No es un re-descubrimiento snob de las pedagogías emancipadoras y progresistas. La película se propone visibilizar experiencias e ideas que existen hace años, en algunos casos datan de principios del siglo XX. Lo que nos interesó fue socializar la discusión de esas prácticas pedagógicas emancipadoras. Hace tiempo se las discute y estudia en espacios académicos y ciertos centros de formación docente, la película intenta democratizar esa discusión y divulgar esas ideas, lograr que el debate sea abierto, plural y así, socialmente transformador.
-No es un método o manifiesto pedagógico. Si bien se analizan una gran cantidad de conceptos, “La Educación Prohibida” no busca describir una práctica determinada o siquiera plantear una serie de principios inamovibles. Hay ciertas ideas comunes que nos resultan vitales a la hora de llevar adelante una experiencia educativa, pero dependen directamente del lugar, la cultura, las necesidades de cada comunidad y familia. “La Educación Prohibida” está ahí para generar discusión sobre estas ideas.
-No es una investigación carente de fundamentos. Coincido en que la película no es una investigación formal, y menos académica, pero si es una investigación periodística independiente. Entre otros recursos utiliza la entrevista cualitativa como herramienta de recolección de datos, la cual es totalmente válida en las ciencias sociales. Todo lo que se dice en la película tiene un origen bibliográfico y son ideas de diversas investigaciones y publicaciones, algunas actuales, otras pasadas de moda, pero todas ellas vigentes. En la película se trabaja material de pedagogos, sociólogos, educadores, semiólogos, filósofos. Algunos nombres son: Erich Fromm, Michael Focault, Ivan Illich, Jean Piaget, Paulo Freire, María Montessori, Ken Robinson, John Taylor Gatto, Jiddu Krishnamurti, Alexander S. Neill, Rebecca Wild, Lev Vigostky, Humberto Maturana, Howard Gardner, entre otros. (Es cierto que por el momento faltan las citas bibliográficas, estamos trabajando en ello.)
-No es un producto audiovisual. No vemos a “La Educación Prohibida” como un producto de consumo, no es una película convencional que nos puede gustar o no. Ya desde su distribución libre y gratuita con la licencia Copyleft, la película se encuentra fuera de las lógicas industriales del cine. “La Educación Prohibida” es una herramienta, un dispositivo de transformación social en un envase audiovisual. Nos interesa que la comunidad, niños, docentes, familias, organizaciones se apropien de la película y la utilicen como recurso para fomentar discusiones y debates. Nos interesa entenderla como un proyecto inacabado, que sirve de poco sin un proceso de apropiación social y complejización de sus temáticas. “La Educación Prohibida” está ahí para llamar la atención sobre aspectos relegados y ser un disparador para la verdadera tranformación que solo puede ser hecha entre todos.
-No es la última palabra. La película está
incompleta, es solamente el resumen de un aprendizaje que continúa y que
no debe ser único. A pocos meses de su estreno, seguimos aprendiendo y
complejizando su discurso. Hoy me interesa encontrar junto con otros más
elementos transformadores para encontrar una educación que ayude al
desarrollo de los individuos a su vez que construye sentido de comunidad
y democracia, respetando las necesidades e intereses de todos sus
actores y del entorno que los rodea. Muchas de las experiencias y
propuestas que se ven en el film están en procesos de renovación
también. Me interesa pensar formas para seguir transformando las
prácticas de estas y otras experiencias, buscar maneras de llevar la
esencia de estas propuestas a las escuelas convencionales (sean públicas
o privadas), y así ayudar en el empoderamiento de todos los niños,
niñas, docentes, familias y comunidades.
Como director y realizador integral de la película, me interesa clarificar mi visión al respecto. La naturaleza de este artículo no se limita solamente a responder estas críticas, sino también continuar complejizando el discurso de la película, discurso que es un abordaje simplificado pensado para el lenguaje audiovisual. Actualmente en los debates y charlas de los que participamos se tratan muchos temas que la película dejó pendiente, de esas conversaciones surjen reflexiones muy enriquecedoras. Por mi parte, me gustaría continuar reuniéndome con personas que tengan miradas diferentes y soy el primer interesado en poner en jaque los planteos de la película. En donde se quiera conversar abiertamente, allí estaremos siempre que nos sea posible.
Yo considero que en el guión de la película se evidencia claramente una postura, pero eso no quita que hayan diferentes lecturas posteriores. Están quienes la recibieron como una defensa a la educación privada, neoliberal y sin intervención del Estado; y están aquellos que vieron en ella una visión anárquica de la educación. A algunos les pareció un ataque directo a la escuela pública, y a otros les resultó demasiado central la presencia de la escuela, criticando que se ha invisibilizado la discusión de la desescolarización.
¿Qué NO ES “La Educación Prohibida”?
-No es una crítica de niños ricos y tristes. Es importante destacar que como comunicador, soy un sujeto atravesado por una experiencia personal, por mi pertenencia de clase y por lo tanto mi visión siempre será limitada. En mi historia se encuentran las razones para llevar adelante esta película. Desde mi paso por la escuela, una escuela privada de clase media, he visto como amigos y compañeros crecieron aprendiendo determinadas formas de relación social capitalistas, aprendiendo la mejor manera de vender su fuerza de trabajo o explotar la de otros, solamente para ingresar al sistema de consumo, aprendiendo a sostener prácticas culturales naturalizadas y a mirar a un lado ante injusticias sociales. Estas y otras observaciones me han llevado a pensar que es necesario otro paradigma educativo que no reproduzca las lógicas del sistema imperante, que no enseñe a los pobres a seguir siendo oprimidos, ni a los ricos a seguir siendo opresores, que no enseñe que la única relación con el medio ambiente es de consumo desmedido, o que la única forma de sobrevivir en la sociedad es mediante la competencia, la violencia y la represión de los que nos hace sensibles y humanos.-No es una burla a la docencia. Si bien la película pone en evidencia algunas costumbres anacrónicas y dañinas que siguen ocurriendo en muchas escuelas, también invita a reflexionar sobre las prácticas docentes desde un punto de vista humano y sensible, para así ayudar a transformarlas. La película reconoce y rescata el valor original de los educadores como acompañantes de los procesos de desarrollo y aprendizaje de un otro, educadores que hoy podemos encontrar tanto dentro como fuera de la escuela convencional, quienes a su vez, han sido aquellos maestros que hoy recordamos y nos ayudaron a llegar hasta aquí.
-No es una propaganda o publicidad de escuelas privadas. Por un lado la financiación ha sido colectiva y no proviene de instituciones educativas privadas, los realizadores no tenemos vínculos con ninguna de estas experiencias que relata la película, de las cuales una gran parte son de gestión pública, estatal, cooperativa o comunal. De las escuelas privadas, solo algunas pocas tienen fines de lucro (en general son asociaciones civiles de padres, maestros o dependen de fundaciones). En la película no es posible discriminar las escuelas públicas de las privadas, justamente para evitar prejuicios, y muchos han asumido que todas son experiencias privadas. Vale destacar que en un comienzo de la investigación la propiedad o tipo de gestión no era un criterio importante para nosotros, hoy es vital para nosotros ya que el tipo de gestión afecta directamente las relaciones de poder en las experiencias. Para más información, aquí el listado de experiencias visitadas.
-No es un ataque a la escuela pública. La película si hace una crítica a la escuela hegemónica occidental, aquella que mantiene las estructuras jerárquicas e industriales que se critican en la película, sean públicas o privadas. La Educación Prohibida es una película pensada para toda Iberoamérica, por lo que el imaginario de “escuela” es lo que se quizo retratar. No en todos los países las escuelas públicas son iguales. En todo caso, “La Educación Prohibida” plantea una búsqueda de una educación pública y gratuita, pero a su vez libre de las directivas del Mercado o del Estado, una educación hecha por y para la comunidad.
-No es un intento anarquista de destruir las instituciones. Aunque si es un intento de democratizarlas por medio de la liberación y empoderamiento de sus actores. Explícitamente la película entiende que son los sujetos, incluyendo niños, maestros, familias y miembros de la comunidad, los que deben re-apropiarse de su educación, autodeterminando los fines y medios pedagógicos. Desde este punto de vista la película intenta apoyar tanto las escuelas públicas de gestión comunal, los bachilleratos populares, como las escuelas cooperativas, pasando por todas aquellas experiencias empoderadoras como algunos ejemplos de educación sin escuela o educación en casa.
-No es un re-descubrimiento snob de las pedagogías emancipadoras y progresistas. La película se propone visibilizar experiencias e ideas que existen hace años, en algunos casos datan de principios del siglo XX. Lo que nos interesó fue socializar la discusión de esas prácticas pedagógicas emancipadoras. Hace tiempo se las discute y estudia en espacios académicos y ciertos centros de formación docente, la película intenta democratizar esa discusión y divulgar esas ideas, lograr que el debate sea abierto, plural y así, socialmente transformador.
-No es un método o manifiesto pedagógico. Si bien se analizan una gran cantidad de conceptos, “La Educación Prohibida” no busca describir una práctica determinada o siquiera plantear una serie de principios inamovibles. Hay ciertas ideas comunes que nos resultan vitales a la hora de llevar adelante una experiencia educativa, pero dependen directamente del lugar, la cultura, las necesidades de cada comunidad y familia. “La Educación Prohibida” está ahí para generar discusión sobre estas ideas.
-No es una investigación carente de fundamentos. Coincido en que la película no es una investigación formal, y menos académica, pero si es una investigación periodística independiente. Entre otros recursos utiliza la entrevista cualitativa como herramienta de recolección de datos, la cual es totalmente válida en las ciencias sociales. Todo lo que se dice en la película tiene un origen bibliográfico y son ideas de diversas investigaciones y publicaciones, algunas actuales, otras pasadas de moda, pero todas ellas vigentes. En la película se trabaja material de pedagogos, sociólogos, educadores, semiólogos, filósofos. Algunos nombres son: Erich Fromm, Michael Focault, Ivan Illich, Jean Piaget, Paulo Freire, María Montessori, Ken Robinson, John Taylor Gatto, Jiddu Krishnamurti, Alexander S. Neill, Rebecca Wild, Lev Vigostky, Humberto Maturana, Howard Gardner, entre otros. (Es cierto que por el momento faltan las citas bibliográficas, estamos trabajando en ello.)
-No es un producto audiovisual. No vemos a “La Educación Prohibida” como un producto de consumo, no es una película convencional que nos puede gustar o no. Ya desde su distribución libre y gratuita con la licencia Copyleft, la película se encuentra fuera de las lógicas industriales del cine. “La Educación Prohibida” es una herramienta, un dispositivo de transformación social en un envase audiovisual. Nos interesa que la comunidad, niños, docentes, familias, organizaciones se apropien de la película y la utilicen como recurso para fomentar discusiones y debates. Nos interesa entenderla como un proyecto inacabado, que sirve de poco sin un proceso de apropiación social y complejización de sus temáticas. “La Educación Prohibida” está ahí para llamar la atención sobre aspectos relegados y ser un disparador para la verdadera tranformación que solo puede ser hecha entre todos.